04 Sep 2011 Quomai y el tercer piloto de #SchoolEntrepreneurs
Sabéis de mis inquietudes alrededor de la educación en el empredimiento y de mi capacidad de «liar» a terceras personas para colaborar en mis locuras :).
Pues bien, el pasado mes de mayo dos emprendedores de nuestra ciudad se unieron a School Entrepreneurs para participar en el tercer piloto con alumnos de FP del Instituto Mª Ana Sanz (centro en el que también estudian nuestros queridos ESpcpieALISTAS). Óscar Matellanes (@oscarmatellanes) y Fran Naranjo (@tatai) fundadores de Quomai (@quomai).
Para los que no conozcáis Quomai os la presentamos:
Es una aplicación móvil disponible en el App Store (y pronto en Android Market) donde almacenar todas tus tarjetas de fidelización.
Si eres usuario de dichas tarjetas en numerosos establecimientos habrás experimentado cómo en ocasiones se te olvidan, las has cambiado de sitio, o simplemente tu cartera pesa demasiado. Con esta aplicación las puedes llevar todas encima.
Muy sencilla de usar y gratuita.
Claramente es una gran idea… pero… ¿creéis que los adolescentes son usuarios de este tipo de aplicaciones? ¿y de este tipo de tarjetas? La primera respuesta que se nos viene a la mente es NO. Pero en el tercer piloto de School Entrepreneurs nos cambiaron un poquito esta idea.
23 alumnos del curso preparatorio de FP atendieron a las explicaciones de Oscar y Fran y, aunque un poquito más callados al principio, respondieron a sus preguntas y manejaron algunas ideas interesantes:
Sobre el uso de los móviles:
– todos usan un teléfono móvil (no descubrimos nada nuevo).
– pocos poseen un smartphone. Si lo tienen es BB.
– desconocen los precios de tarifas planas de Internet móvil (creen que el precio es una barrera de entrada, pero no conocen los precios de los operadores. Hay una gran labor ahí en la formación en el uso de los teléfonos móviles, pero previamente en la elección del modelo de consumo).
Sobre el uso de las tarjetas de fidelización:
– no existen estudios públicos en España sobre el uso de las tarjetas de fidelización entre menores, pero tras este minigrupo de estudio es un público al que necesitamos acercarnos e investigar sus comportamientos de consumo.
– son usuarios de tarjetas en diferentes aspectos:
– tarjetas para hacer la compra: utilizan este tipo de tarjetas compartida en el hogar.
– tarjetas femeninas: en el caso de las chicas es más acusado el uso. Mayormente en tiendas donde realizan compras de perfumería y maquillaje.
– tarjetas «para ellos»: en tiendas específicas para este público (habitualmente ropa).
Sobre el uso que harían de una aplicación como Quomai:
– modo de no olvidarse del DNI.
– uso en videoclubs (no nos olvidemos de los videoclubs online y de las nuevas plataformas de alquiler de películas multiplataforma).
– uso de favoritos en las búsquedas dentro de la aplicación (similar a los favoritos de la agenda de contactos).
– lanzamiento de ofertas de las tiendas que tienen recogidas en la aplicación.
– hacer llegar recomendaciones de otras marcas o comercios complementarios a aquellos que están incluídos por el usuario (información por el comportamiento de compra).
– realizar compras online (no olvidemos que estamos trabajando en un dispositivo con capacidad de conectarse a la Red).
– uso para personas con discapacidad y de la tercera edad (sencillez de uso de la aplicación, inclusión de voz, tamaños… si bien encontraron que es un público que todavía no ha accedido a esta tecnología).
– …
Alguna idea más seguro que salió y le sirvió de inspiración a Quomai. De hecho, la sesión que pretendía durar 60 minutos alcanzó más allá de los 90 ante la implicación de los alumnos.
En lo que respecta al piloto podríamos aportar otras conclusiones:
– la importancia del caso emprendedor. Un proyecto tecnológico facilita la conexión con los alumnos ya es cercano a lo que a ellos les motiva y atrae.
– la empatía de los emprendedores. Ser tratados de igual a igual es prioritario para el desarrollo de ideas conjuntas. Poder salir de las mesas y acercarse a los ponentes y preguntar de un modo cercano ayudó a que se quitaron «la mieditis de hablar en público».
– el espacio y orden de la sala. Es preferible un espacio abierto en el que las mesas puedan moverse, puedan levantarse y se puedan incluso hacer equipos si fuera necesario según el caso expuesto. Parece lógico, pero habitualmente las aulas no están dispuestas de este modo (bueno… en las guarderías :)).
– no sacar conclusiones previas. Ni sobre el proyecto, ni sobre los alumnos, ni sobre lo que serán capaces de realizar. Es muy importante acudir con la mente en blanco y activar los mecanismos de pregunta según la propia experiencia e ideas que puedan surgir de la sala (si bien, como vimos en los anteriores pilotos, es necesario un guión de preguntas de activación por si no se produjesen resultados espontáneos).
– la sensibilidad adolescente. En ocasiones hablamos de una generación que no piensa en los demás, ni en lo que les rodea. Si seguimos la conclusión anterior podremos darnos cuenta de que no es así (dando por hecho lo difícil que es generalizar). En los tres pilotos los alumnos han sacado conclusiones que tienen en cuenta a personas con discapacidad, a la tercera edad… etc.
De nuevo muchas gracias a Oscar y Fran de Quomai, a los alumnos que participaron en la iniciativa y al Instituto Mª Ana Sanz que acoge de buen grado este tipo de iniciativas.
¡Seguiremos informando!
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