Hablemos de marca
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Hablemos de marca

El poder la marcas.
¿Cómo se mide? ¿Cómo vemos su influencia? ¿Cómo conseguir que nuestra marca sea la elegida por nuestros consumidores?

La configuración de una marca proviene de múltiples de factores. No sólo es el producto, no sólo es la imagen, no sólo son sus empleados… es un conjunto variable de elementos dinámicos. ¿Y en qué proporción? Esa es la receta mágica que algunos expertos de marketing intentan resolver.

Quizá en esto no sea muy científica, pero me gusta explicar una marca, como si fuera un amigo. Me explico (para los que conocéis mi teoría, se permite sonreir).

Cuando dos personas se conocen, se presentan, se dan sus nombres, sus características en común… igual que una marca se lanza al mercado, lanza un mensaje y un nombre. SE PRESENTAN.

Más adelante, las personas quedan, se conocen, salen por ahí juntos… como un producto o marca. Lo compras por primera vez y lo llevas a casa, lo pruebas… SE CONOCEN.

Por supuesto, para llegar a una amistad hay que repetir, hablar, salir, divertirse (o llorar) juntos… Como la REPETICIÓN de compra de un producto, me convence lo vuelvo a comprar.

Pasado el tiempo, los amigos se llaman, se recuerdan, siempre juntos… no prescinden uno del otro, se necesitan. Para una marca sería como publicitarse, posicionarse en la primera línea, conseguir que el target no compre el producto de la competencia si el tuyo no está… FIDELIDAD.

Por último, SE DESPIDEN. La buena publicidad es aquella que perdura en la mente del consumidor aunque no esté presente, como la amistad verdadera sobrevive cuando los amigos no están juntos.

Ahora bien, ¿cómo conseguirlo? Pensemos en nuestra marca como en una persona… ¿sería hombre o mujer? ¿joven, madur@? ¿realista, imaginativo? ¿tradicional, creativo? ¿amante de la moda o de los que se peinan en el ascensor..?
Parece sencillo, pero en las empresas muchas veces se pretende definir claramente al público objetivo en estos términos y luego no consiguen hacerlo igual con su propia marca… conviene pensarlo ¿no?

Por llegar hasta aquí, Te invito a una sonrisa 🙂
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